El hockey es un deporte de mucho contacto. Los partidos no se permiten jugar sin algunos elementos básicos de protección para evitar el máximo número de heridas posibles. El primer objeto del que se va a hablar en este blog son las espinilleras:
Son más largas que en el fútbol y ocupan toda la rodilla, porque su misión no es solo evitar los palazos, sino los bolazos que se permiten en el hockey hierba, ya que no son falta las bolas elevadas en forma de pase que se realizan por encima de la rodilla, aún habiendo jugadores en medio. Las bolas más elevadas de esta altura pueden no ser faltas cuando se tira a portería en cualquier versión de los tipos de tiro que ya se han descrito en esta entrada, además de cuando se hace en versión fli, un movimiento que será explicado más adelante, y también cuando se eleva la bola pero no hay ningún jugador cerca que el árbitro pueda interpretar como juego peligroso. Sin embargo, un auténtico jugador de hockey hierba siempre lleva sus espinilleras a mano, y antes de coger el palo, tarda cinco minutos en colocarse bien sus espinilleras. Las piernas, durante entrenamientos y partidos, lo agradecen.
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